De por sí, no entendía como puede ser que en Cuenca el taxi cueste 14% más. Peor aun entiendo cómo puede considerarse siquiera posible, que el Taxi cueste 40% más que en el resto del país. Es verdad que se dice que Cuenca es una de las ciudades más caras para vivir en el país, pero de allí a sostener que es 40% más cara que el resto del país es una locura. Ni siquiera es 14% más cara que el resto del país.
Según se obtiene de la información publicada hasta el momento, el estudio del cual se desprende esta tarifa, es una investigación cuya fuente primaria de información es el gremio de taxistas del Azuay, es decir que para establecer una tarifa justa, equitativa, socialmente aceptable que represente a la ciudadanía y los proveedores del servicio, se consultó, exclusivamente, a los proveedores del servicio. El chiste se cuenta solo.
Cualquier estudiante de ciencias sociales que haya tenido un semestre de estadística básica puede desarmar ese criterio técnico, por ser incompleto. Una encuesta es un estudio cuantitativo que parte de la opinión expresada del encuestado. Si el encuestado tiene intereses relevantes en la materia que se le consulta, probablemente va a emitir opiniones más favorables a lo que él considera deseable. Esto es algo que se enseña en la segunda clase de investigación cuantitativa de cualquier universidad. Algo que los contratantes del estudio no contemplaron, ya sea por ignorancia, ingenuidad o mala fe. Aplique usted lector, el adjetivo que su opinión le lleve a pensar. En esto, no tiene responsabilidad la Universidad de Cuenca, de quien no tengo ninguna duda de su calidad profesional, puesto que la Universidad como contratista hace lo que el contrato dice que haga. El responsable de una conclusión tan poco atinada es el propio contratante, en este caso la EMOV EP.
¿Cómo debería haberse planteado un estudio de esta naturaleza? Principio básico de metodología de investigación que se aprende leyendo un poco: triangulación. En ciencias sociales este principio es básico para poder disminuir la distorsión de la que es sujeta la investigación social. No es posible creer a una sola fuente de información. En este caso me dirán que aplicaron dos metodologías de levantamiento de información. Sí, claro, pero con las que preguntaron siempre a los mismos interesados. Es evidente que se requería de entrada, un mecanismo de validación de la información provista por la encuesta. De lo que se sabe, no existió ninguna metodología de validación que recorra junto con un taxista durante una semana para verificar si los kilometrajes son los mismos o similares o hay otras distorsiones, no existió ninguna metodología electrónica que permita verificar si los recorridos son como se señalan (un GPS podría haber ayudado).
Por otro lado, ya que estamos hablando de percepciones, en el estudio no se les consulta a los usuarios su opinión. No sabemos cuántas veces promedio, un cuencano toma un taxi, cuánto es el valor promedio que paga, no sabemos si considera que el valor es justo o no, no sabemos cuánto incide este valor en su presupuesto mensual, no sabemos cuánta población toma el taxi como medio de transporte rutinario y cuánta como medio excepcional. Nada de esto sabemos.
Más aún, no existe análisis comparado. ¿Por qué será que en Quito la tarifa es de un dólar la carrera mínima? ¿Cuánto cuesta la carrera mínima en otras ciudades de más o menos el mismo tamaño que Cuenca? ¿Por qué la EMOV EP no contempló estudiar la realidad de ciudades como Durán, Manta o Milagro que tiene más o menos el mismo tamaño que nuestra ciudad? ¿Qué hace que en esas ciudades la tarifa sea de un dólar, al igual que en el resto del país?
Sin estos criterios, es iluso creer que la tarifa pueda colocarse así sin más. Si de las fuentes posibles de información sólo se consultó al interesado en tener la tarifa más alta ¿Qué pensaba la EMOV EP cuándo hizo los términos de referencia para hacer el estudio? ¿En serio alguien medianamente profesional en esta materia puede creer que la forma más justa de poner un tarifa para un servicio sensible sea consultando sólo al proveedor? A veces pareciera que los que dirigen la ciudad nos toman por tontos. Como he dicho y reitero, más muestras de un Alcalde al que no le interesa la ciudad ni los ciudadanos, sino defender los intereses de aquellos a quienes se debe.